Empecé siendo casi un adolescente en el mundo de la medicina natural, con la idea de que con el paso de los años la situación de la misma mejoraría. Ahora, desde la madurez, me doy cuenta no solo de que no ha mejorado, sino que además ha empeorado su situación. En ello ha colaborado la dejadez de los propios profesionales que la componen, además de un cúmulo de circunstancias que no han surgido al azar, sino en función de unos intereses creados desde diferentes estamentos. Se habla de profesionalizarla, legalizarla, autorizarla y un sin fin de términos que no hacen más que enredar y confundir a la gente que se acerca para conocer realmente que existe detrás de la misma.
Hace algunos años cuando alguien visitaba a un profesional de la naturopatía, simplemente cambiando ciertos hábitos era suficiente para que la disfunción que mermaba su salud cesara.
Ahora esos cambios en la mayoría de la gente no son suficientes; no porque estas hayan dejado de ser eficientes, sino porque el grado de agresión ahora es mayor y se necesitan adaptar las terapias a esta nueva situación.
Esto a veces crea frustración en los usuarios, la mayoría de las veces por desconocimiento, ya que buscan respuestas rápidas, sin entender el proceso de sanación.
Hace algunos años cuando alguien visitaba a un profesional de la naturopatía, simplemente cambiando ciertos hábitos era suficiente para que la disfunción que mermaba su salud cesara.
Ahora esos cambios en la mayoría de la gente no son suficientes; no porque estas hayan dejado de ser eficientes, sino porque el grado de agresión ahora es mayor y se necesitan adaptar las terapias a esta nueva situación.
Esto a veces crea frustración en los usuarios, la mayoría de las veces por desconocimiento, ya que buscan respuestas rápidas, sin entender el proceso de sanación.