A
los que se perdieron por el camino y no lo encuentran, os invito al camino de
la vida.
El modelo de este
escrito constituye solamente una parte de los criterios fundamentales de la
obra alquinaturista. El conocimiento de las leyes que
interactúan en el organismo marca aquí el ideal de la terapéutica y su
acción transportada a la verdadera curación. En esta parte de la obra
alquinaturista, dedicada a la ampliación del legado que nos dejó el Dr. Bach,
se representa la expresión estereotipada del ser y la forma en la que estos
estereotipos se interrelacionan con la propia fisiopatología orgánica, de modo
que las alteraciones de la conciencia de lo mental y de lo físico se funden en
un crisol patológico que dan como resultado síndromes emocionales.
Pues, esta realidad de la diversidad y de la complejidad es
la que impera en el organismo:
¡Oh soledad! ¿Cuánto tiempo durarás?
9. Síndrome emocional reprimido
Patogenia
A)
Alteración intelectual del ego vital:
poder, control e importancia (5 IT). El comportamiento psíquico en sí es la
consecuencia de una determinada función fisiológica. La luz del pensamiento
proviene de la actividad neuronal y muy drástica es la situación de la ciencia
con respecto al conocimiento funcional de las neuronas
porque esta se pasea por el tálamo sin pena ni gloria. En estas
circunstancias cualquier intento de arreglo terapéutico aumenta el desorden,
pues las enfermedades mentales no se pueden subsanar con los fármacos, ya que
estos actúan como las drogas; así que más vale un loco encerrado que no vivir
encerrado en la cárcel de la mente a causa de los medicamentos. Las posibilidades de curación de un enfermo
mental que no haya tomado fármacos son altamente favorables con respecto a
aquel que ha sido tratado con los métodos convencionales de la psiquiatría. En
todos los tiempos han existido métodos terapéuticos para tratar la mente, pero
por desgracia no sirvieron de mucho. El gran arte no conoce el adorno mundano y
el oro de la Alquinatura no es la plata de la «gran ciencia» que se oxida día a
día, obstinada esta en convertir la Tierra en un agujero negro. A la hora de
hacernos una idea de la verdadera realidad que impera en la mente de los
hombres, solamente tenemos que mirar la situación social del mundo para darnos
cuenta de que esta constituye el fiel reflejo del perfil humano. Lo que la
mayoría de la gente llama «libertad» no es más que una dictadura encubierta
mezclada con ciertos rasgos de democracia animista en la que existe la creencia
de que del espíritu de la urna emana un poder que todo lo puede. Esta estrategia
de los grandes poderes es algo que se considera muy útil para dominar a las
masas, puesto que toda la metafísica del capitalismo está edificada sobre un
impulso fundamental que subyace en el hombre, como es la avaricia. Aquí se
halla la razón del porqué del éxito de las democracias capitalistas, así que si
lo trasladamos al terreno psicológico, observamos que su propia acción es
cosmopolita y además tiene la capacidad de transcender hacia una psicología que
es materialista y consumista. Este pensamiento marca unas pautas bien
definidas: el rico se ve situado, el de la clase media se acomoda cuando mira
hacia abajo y el pobre piensa que algún día puede ser rico. Cualquier principio
tomado de esta experiencia democrática será rebatido con el tiempo y caerá en
desuso en la medida en que la gente se dé cuenta de que este sistema constituye
un privilegio excesivo para unos cuantos y una quimera para el resto de la
humanidad. En este sentido, es crucial que el cerebro esté vacío de drogas para
llegar a crear una sociedad más equitativa donde las grandes verdades puedan
comprenderse. Según el punto de vista de la Alquinatura, la ingesta de fármacos
provoca la vinculación del hombre hacia el mundo ilusorio y tanto el sentido
como los deseos constituyen un peligro al orientarse estos hacia un
materialismo consumista, por lo tanto, los medicamentos al igual que las drogas
distorsionan la realidad. La iluminación interior está ligada a los buenos
hábitos y ello es lo que nos conduce a una percepción de la vida completamente
diferente a la de hoy día. La vida no es más que ahondar en las leyes de la
naturaleza y solo es adecuada en la medida en que exhibe una sociedad más justa
donde cada uno con su equilibrio, con sus virtudes, etc., es capaz de
ensombrecer los defectos del otro; así todos nos completamos en un orden
transitorio que nos conducirá a una humanidad de hombres sabios y santos. De
todo esto se deduce que la vida que pretende imponernos la sociedad capitalista
es inferior porque suscita la negación del contrario, además de un exacerbado
YO. En este sentido, cualquier transgresión por parte de un individuo a su
semejante genera una reacción hacia uno mismo, ya que existe una conciencia
universal que nos une a todos. Cuando estas fuerzas cósmicas hoy contenidas se
manifiesten, aparecerán a gran escala los síndromes reprimidos, entonces los del país de Gales y los
alquinaturistas tendrán que echar horas extraordinarias.
B)
Alteraciones del intestino grueso (IG).
El sabio no se realiza en tres días porque si seguimos el rastro de la
espontaneidad, observamos que se entra en contradicción con el tiempo, con las
aptitudes y con la transformación personal que se necesita para alcanzar la
sabiduría. El SER constituye la expresión pura del NO–SER y la negación de
creer que sabemos las cosas es la fuente que nos lleva al conocimiento de
ellas. Todo aquello que creíamos conocer, muere cuando crecemos, de modo que el
conocimiento que tenemos resulta relativo porque lo que hoy es cierto, mañana
no lo es. El CIELO, por tanto, constituye desde el punto de vista espiritual la
raíz de todo el conocimiento, pero realmente el acceso a él entraña muchas
dificultades.
El Dios que quiero buscar
nunca aparece,
es el dueño de mis pensamientos
y parece no mover nada en este mundo.
No podemos esperar que el CIELO consiga lo que el mundo de las
tinieblas abomina día a día, puesto que este último al entrar en escena se
sirve de su poder para desestimar la vida. Muy trágica es la situación derivada
de un pacto obligado entre Dios y el diablo que permita a este último poder
imponer dictados que van desde la muerte hasta una esclavitud intolerable. Todo
esto provoca que las personas que realizan lo que es de Dios, es decir,
aquellas que escogen el camino del CIELO, se sitúen en la más rigurosa
oposición y este mismo hecho se repite día a día, año tras año y siglo tras
siglo. Para conseguir la liberación de las fuerzas del mal han tenido que
existir las 12 tribus de Israel, los 12 apóstoles, ocurrir la situación de que
el dragón devorara al hijo de la mujer (se refiere a la muerte de Salomón en su
segunda venida: Apocalipsis 12: 4) y por último, producirse el hecho de que el
jinete del caballo blanco al cual se le ha dado una corona saliera «venciendo para vencer» (Apocalipsis 6:
2). Al día de hoy, las circunstancias moldean la acción del jinete que con su
arco dispara a diestro y siniestro contra los demonios que un día fueron
depositados sobre el tálamo a modo de virus informativos o como receptores de
radiaciones que se activan a distancia, los cuales nos generan las mil y una
enfermedades que nos hacen la vida imposible. Esta es la abominación desoladora
de la que habla el profeta Daniel, pues las dificultades que se presentan en
esta guerra contra los demonios y sus efectos son complicadas de superar. En
primer lugar, el diablo no pactó con Dios a sabiendas que iba a perder el pacto
apocalíptico, puesto que ello le proporcionaba demasiadas ventajas y esto mismo
lo están pagando aquellos actores que
están en la escena de este tiempo. El mayor problema se plantea con los signos
y prodigios de los que hace gala el diablo, discurriendo una vez y otra una
letanía de argucias. Los detalles de sus ceremonias se manifiestan cada día en
los sucesos del mundo, él no se ahorra en acciones insignificantes y con
orgullo soberano no deja de afligir como un verdugo creado para asestar la
muerte, para generar enfermedades y también desgracias. Dichas esfuerzas
oscuras no se manifiestan por igual en todas las personas y de este modo, el
diablo construye su doctrina sobre estos
cimientos que se evidencian ante quien sabe formarse una idea de conjunto y
detectar las interrelaciones. Es imposible reconocer la magia negra porque su
esencia se despliega sobre las neuronas del tálamo creando los gérmenes de la
diversidad, pues estos producen en el hombre conductas con unas orientaciones
específicas y enfermedades. En otros muchos casos los hombres son premiados con
tener más salud, con vivir más años y con poseer privilegios sociales, pero
todo ello sirve para establecer un orden específico y para garantizar la
continuidad de su reinado. Si la gente reconoce lo malo como bueno, el diablo
se recomienda a sí mismo, por tanto, las personas actúan comparando y
definiendo; de esta manera, se termina por sentir deseos políticos y doctrinales
mundanos. A partir de este momento empiezan a aparecer las diferencias
sociales, las discordias, las guerras, los asesinatos, los robos y las grandes
mentiras. Por eso, en lugar de fomentar la cultura y el saber, lo que se
procura es crear un sistema de bárbaros intelectuales donde cada uno de ellos
forma un eslabón que mueve la maquinaria del mundo tal como hoy día la
contemplamos. Al eliminarse el Intelecto Conceptual, el Analógico, el
Intuitivo, el Objetivo y el Fraternal, quedando relegado el hombre solamente a
lo Racional, la concepción del mundo y de las cosas se vuelve obcecada, las
fuerzas intuitivas dejan de ejercer su poder, la moral y Dios mueren, con lo
que aparece la aurora del caos.
Cuando existe un desacuerdo entre la razón y la conciencia
surgen los conflictos internos, la persona se siente sucia, el conflicto se
expande hacia el intestino grueso, las obcecaciones se presentan en forma de
estreñimiento y los conflictos a modo de diarrea. No hay nada que se mantenga
igual para siempre y al permanecer en el caos, se termina vistiendo el mísero
abrigo de la represión y entonces esta hará acto de presencia en la sociedad y
también en el individuo en forma de síndrome.
Alteración
de la moral
«48 9 Tú
fuiste arrebatado en un torbellino de fuego sobre una carroza tirada de
caballos de fuego.
10 Tú
estás escrito en los derechos de los tiempos venideros para aplacar el enojo
del Señor, reconciliar el corazón de los padres con los hijos, y restablecer
las tribus de Jacob. 11
Dichosos los que te
vieron y fueron honrados con tu amistad; 12
porque nosotros vivimos
sólo esta vida momentánea; mas después de la muerte no será nuestro nombre como
el tuyo».
Eclesiástico:
XLVIII: 9 – 12.
Aquí
observamos la gran diferencia que existe entre la religión y Dios, pues la fe,
primera virtud, es ciertamente incompatible con la ignorancia. Solamente el
hombre sabio puede tener fe porque ella está asociada al conocimiento de la
naturaleza de las cosas. La discrepancia entre el dogma de fe y la fe entendida
como conocimiento es bastante notoria porque el dogma de fe supone la creencia
en algo de forma ciega, mientras que la fe del conocimiento implica poder
vislumbrar lo misterioso. Así, una vez que las cosas tienen su base existencial
en la luz del conocimiento, se procura el camino hacia la sabiduría suprema.
Por otro lado, se le llama afortunado a todo aquel que se le abre las puertas
del CIELO para conocer su gloria. Por el contrario, el dogma de fe propuesto
por las religiones se vuelve inoportuno con el tiempo: la razón se convierte en
obcecación, la claridad en ceguera y la interpretación de las Sagradas Escrituras en un tratado de estrechas miras.
Si estas se interpretan conforme al sentido del CIELO, el mundo científico
tendrá menos argumentos para rechazar la idea de Dios, pues más le vale a este
hacer de invitado que jugar a ser anfitrión para que de este modo se pueda
acentuar la prudencia que conviene observar en la creación del universo y de
las cosas. La Biblia con altivez celestial no se aflige por la incomprensión de
unos y otros, o sea, por la de teólogos y científicos porque el burro no fue
creado por la naturaleza para que fuera encima del hombre, sino para que Jesús
con orgullo soberano hiciera su entrada triunfal en Jerusalén montado en él.
¿Quién advirtió que este hecho bíblico era una alegoría referida al
conocimiento del CIELO y del hombre? Aquí lo supremo, el CIELO, debía elevarse
por encima de lo mundano, o sea, del hombre. Así que, como es natural, la
representación escénica del CIELO la hace Jesús y la del hombre le corresponde
al burro. Por tanto, es imposible para el hombre poder distinguir la esencia de
las Escrituras porque para comprender e interpretar su significado metafórico
es necesario disponer del conocimiento que descubre la magia de los nombres y
por otro lado, las fórmulas contenidas en sus leyes misteriosas van más allá
del pensamiento amoral inherente de este mundo. La eficacia para la comprensión
sin trabas reside en poseer el humilde tesoro de la justicia, merced a que
identificamos en las Escrituras nuestros propios pensamientos. Quien maneja así
la vida no tiene ningún deseo egoísta para sí, su corazón es el corazón de la Biblia
y a este respecto el apóstol Pablo hace una aclaración muy significativa:
28 25 Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo:
26 Vé a este pueblo, y diles:De oído oiréis, y no entenderéis;Y viendo veréis, y no percibiréis;27 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,Y con los oídos oyeron pesadamente,Y sus ojos han cerrado,Para que no vean con los ojos.Y oigan con los oídos,Y entiendan de corazón,Y se conviertan,Y yo los sane.28 Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán.
Hechos 28: 25 –
28.
Otra
de las cualidades propias del entendimiento de las Escrituras es poseer un segundo tesoro que consiste en tener
una conexión con el mundo de la medicina natural fundamentalmente con la
Medicina Tradicional China en su vertiente
esotérica, pues entre sus exposiciones más virtuales encontramos un lenguaje
metafórico idéntico al de la Biblia cuyo perfil doctrinal o fisiológico está
orientado a servir a la naturaleza, a Dios y al hombre. En este sentido,
también el profeta Isaías da evidencias de ello cuando habla de la futura
gloria de Sión.
«8 ¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas? 9 Ciertamente a mí esperarán los de la costa, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado. 10 Y extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te castigué, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia».
Isaías 60: 8 –
10.
Así, para el que
tuvo oído para escuchar, Sión es la representación del TAO o conciencia
superior del hombre, es decir, grupos de neuronas situadas en el tálamo (la
Nueva Jerusalén) que controlan todas las funciones fisiológicas, ya sean físicas,
mentales, intelectuales de la conciencia colectiva, etc.
«Éstos
que vuelan como nubes» alude a aquellos que van en
secreto o se ocultan, puesto que las nubes dificultan la visibilidad y «como
palomas a sus ventanas» se refiere a que las palomas poseen un alto
sentido de la orientación, lo cual constituye una alegoría referida al hombre
nuevo, o sea, al hombre despierto que sabe orientarse para poder así volver a
su ser espiritual («a sus ventanas»).
Siguiendo con la interpretación, podemos deducir además que
«ciertamente
a mí esperarán los de la costa» hace
referencia a las personas que están
al otro lado del Mediterráneo, pues al divisar la costa desde Israel lo que se
encuentra enfrente es Europa. «Para traer tus hijos de lejos, su plata y
su oro con ellos», aquí se pone de manifiesto que no hace falta imaginarse
que el proceso de conversión de la Nueva Jerusalén (el tálamo) y de Sión (el
TAO o conciencia superior) tengan su origen en Tarsis, es decir, lo que hoy es Andalucía
(«las
naves de Tarsis desde el principio»). Esto revela un punto de vista que
puede aplicarse en función de los hechos que acontecen y de estos únicamente
son conscientes aquellos «que
vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas». De modo que son «las
naves» las que navegan sobre el agua o el mar, pero debemos tener en
cuenta siempre el contexto en el que aparecen estas palabras porque en ciertas
ocasiones adoptan el significado de maldad. Sacar al hombre de las
profundidades estereotipadas y de la conciencia dormida es lo que le permite a
este trascender y poder alcanzar un estado de conciencia plena, entonces «para
traer tus hijos de lejos» sería como querer decir, lejos de la gloria
de Sión. «Su plata» representa los conocimientos de la medicina
científica, su obra está edificada sobre las bases de un gran proceso de
investigación de la mano de una alta tecnología que ha dado lugar a un universo
de datos tanto en el ámbito de la anatomía como en el de la fisiología.
Verdaderamente sorprendente es esta medicina, ya que se ha convertido en una
auténtica leyenda y muchas personas incluso le atribuyen poderes
sobrenaturales, por tanto, sería conveniente que la obra de esta medicina fuera
auténtica para no ver el panorama que se nos presenta: la creación de una
sociedad enferma con multitud de enfermedades crónicas, con gran dependencia a
los fármacos, sometida a la cirugía y todo ello con una calidad de vida pésima
para terminar finalmente muriendo como las personas de hace mil años. Es por
todo ello, que el elemento mágico que debe alcanzar una medicina es el poder vivir
una larga vida y con salud, esto no solo no se ha conseguido, sino que la
enfermedad se ha convertido en un negocio suculento que lleva incluso a algunos
países a la ruina por el gasto sanitario y las células al igual que la plata se
oxidan. Sabio es Salomón cuando dice: «2 26
Porque al hombre que le agrada, Dios le
da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y
amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción
de espíritu» (Eclesiastés 2: 26). Aquí se impone la necesidad de tener que
echar mano de todo el arsenal proveniente del conocimiento aportado por la
medicina científica («su plata»), dejando a un lado la
poción «mágica» del medicamento para no envenenar, suprimir, mutilar, drogar al
organismo y así evitar a toda costa pasar por el quirófano. Por encima de esta
mala praxis médica se encuentra la Alquinatura (Medicina Natural Integral) con
sus magníficas rapsodias curativas fruto del organillo celestial, el cual trata
de construir los contrastes existentes entre la medicina científica y la
medicina natural o empírica para llegar a una síntesis que ha dado lugar al
sueño de la vida. La Alquinatura contiene la aplicación práctica de las
soluciones propuestas ante el reto que se nos plantea de una fisiología
dispersa y parcelaria, pues esta nos traslada por los caminos gloriosos de una
fisiología unitaria por aquello que decían los antiguos maestros naturistas de
que el organismo es una unidad funcional. Tan solo una concepción así puede
facilitarnos el acceso a ese universo que está más allá de la muerte: el elixir
de la vida, la alquimia orgánica, o dicho de otro modo, convertir el metal en
oro («su
oro»). «Al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha
glorificado», en este versículo se pone de manifiesto que el contraste
entre la joya interna del hombre espiritual y el grosero rastro que presenta el
impío destaca con mucha fuerza. El camino hacia la elevación, la salud plena,
la gloria y la felicidad únicamente puede venir de Dios porque solamente él nos
dará a conocer los entresijos que mueven al mundo y a la naturaleza. Es por ello,
que toda la fuente de la Medicina Alquinaturista viene de Dios y el
alquinaturista debe llevar escrito el «nombre» de este en la frente. Por
tanto, sería una equivocación querer eliminar a Dios del contexto de la
Medicina Alquinaturista porque esta solo es posible gracias a él, a pesar de
los intentos por parte de los expertos y de la mayoría de la gente de querer
encasillar a Dios únicamente dentro del contexto religioso, fuera de la vida
social. El camino de Dios nos confiere una vida plena y plural por aquello de
que Dios es omnipresente, o sea, está en todas partes, en las cosas, etc., y
prueba de ello es que el Santo de Israel,
el Nazareno, anduvo sanando y
haciendo bienes: «10 38
Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo
éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo,
porque Dios estaba con él» (Hechos 10: 38).
Nosotros,
los alquinaturistas, sabemos muy bien que el diablo con sus argucias de gran
jaque informático universal ha convertido el ordenador cerebral del hombre en
un campo de virus informativos que hacen de él una marioneta inconsciente, pues
este cree conocer lo que no sabe y está configurado con unas disposiciones
adversas a la verdad, como por ejemplo, hablar de Dios. Pero esto hoy día es un
tema tabú debido a que fuera del contexto de algunas religiones esta práctica
suele asociarse con las sectas, así que, podemos decir que existe un cierto
grado de reticencia al querer hablar de Dios. Pero a nosotros, los de Tarsis,
nos debe bastar con el esbozo de las finas interpretaciones del edificio
bíblico para que la neblina mágica de la doctrina de Dios pueda penetrar.
«Y extranjeros edificarán tus muros»,
aquí se hace referencia a que el influjo de la Medicina Tradicional China ha
llegado a todas partes y su corriente mágica ha echado raíces también en
Tarsis. Pues, se dieron una serie de circunstancias que proporcionaron unas
condiciones idóneas para que en el mundo de la medicina alternativa se
despertara un gran instinto que nos llevaría por el camino del aprendizaje, sin
que los doctores refinados y las autoridades sanitarias pudieran hacer nada
para evitarlo; de este modo, tanto los dioses del Olimpo como los demonios
perdieron la batalla. También hay que añadir que una nueva técnica importada de
Estados Unidos llamada Kinesiología junto con la medicina natural y la Medicina
Tradicional China sentaron las bases de la Alquinatura (Medicina Integral
Natural). Esta última ha creado una concepción
dinámica basada en lo holístico y aglutina diferentes ámbitos como: la ciencia,
la religión, la filosofía, la música, el vegetarianismo, el deporte y las
relaciones sociales. Además ha abierto
la puerta de par en par al milagro del CIELO, donde
lo místico, lo esotérico, lo cósmico, la dualidad, la unidad, el principio, la
génesis y la metafísica aparecieron como una nube celestial. Así empezaron a
tomar forma las ideas alquinaturistas, pues la Alquinatura pretende utilizar
las secretas y milagrosas fuerzas de la naturaleza para fabricar la «píldora de
oro» que le confiere a las células la mitosis perpetua. La península de los bienaventurados
situada entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo ya se encuentra
habitada por espíritus dichosos, libres estos de todo lastre terrenal. Edificado
está el muro con la perla negra de China, con el agua del manantial de Gales de
nuestro querido Bach, también con las dosis infinitesimales y con las dinamizaciones
mágicas del médico de Meissen (Sajonia), pues estas bailan por bulerías
homeopáticas a golpes de Hahnemann y fue el califa holandés Raphael Van Assche
montado en un camello el que nos trajo la puerta del muro para que el aire
fresco de la Kinesiología Norteamericana perfumara los campos de Tarsis.
Vestidos de blanco
están preparados los alquinaturistas para la batalla, todos como magos
taekwondistas podrán alcanzar con sus aleteos el elixir de la vida. Los libros ofrecen
sabiduría al neófito y gracias a estas enseñanzas podrá convertirse en un
asceta. Sin
embargo, el oficio de maestro de la Tierra nada tiene que ver con el de maestro
del CIELO, porque el espíritu eterno del TAO Cósmico es consciente, pues este se alertará
a oír la suave y tierna brisa portuguesa a golpes de fado. Este agitará sus
cuchillos solares al escuchar la música de Oriente, con Luciano Pavarotti
tomará nota de los seis climas y los blues le harán recordar la injusticia
social instaurada en la Vía Láctea.
El
tercero de estos tesoros se halla en la tierra de Tarsis y este se llama flamenco, con este último, el proyecto de la
divinidad se caracteriza por buscar un grado determinado en la evolución de la
conciencia humana en cuanto a su cognición con respecto al TAO Cósmico o
conciencia universal. Los mil y un cantes flamencos, sus cánones y melismas son
capaces de crear las disposiciones anímicas aptas para que la Madre reconozca a
su hijo. Se trata de un fenómeno en el cual la vida puede vencer a la muerte
porque en su metafísica evolutiva la eterna Madre o TAO Cósmico se hace carne,
o dicho de otro modo, «el Verbo
(sonido – música) se hizo carne»
(dios – inmortal). La amalgama musical está representada por la música ruidosa y mundana de hoy
día, el imperio de las tinieblas ha dejado su huella en este mundo y sus
estridencias musicales constituyen la antítesis de la metafísica del hombre.
Dicen que los flamencos alquinaturistas han emprendido un camino hacia el CIELO,
pues mientras se purifican para consumar la ofrenda del TAO Cósmico, los
transeúntes televisivos se empapan de pop y de rock. Así que, entre tanto, día
a día hallan la sobremesa lista para el consumo del grito de guerra y del
pasteleo musical impuesta por los gobernadores de las tinieblas a través de sus
informadores, pero pasada su hora, la corriente de la vida se apartará de
ellos.
En
la bóveda celeste existen unas quince mil millones de constelaciones y una de
ellas es la Vía Láctea: nebulosa a la
cual pertenece el sol junto a unas cien mil millones de estrellas más. Las dos
fuerzas primordiales de las que surge la vida son: el oxígeno y el agua, pues
la vida se desarrollará en cualquier planeta que posea estos dos elementos. El
soplo del TAO representa al gran flautista que hace brotar el mundo multicolor
de las cosas, este puede transformar una molécula en proteína para que esta a
su vez se convierta en una célula, en un vegetal, en un animal, en un hombre y
en un dios, último eslabón de la cadena evolutiva. Aquel ser al que Jesús llama
el Padre no es más que el rey de una
civilización planetaria cuyos miembros habitantes llegaron a ser dioses, prevaleciendo
entre ellos la justicia, la igualdad y el amor. Este planeta llamado
CIELO enseña su doctrina a través de los textos bíblicos y pone como modelo a
los gobernantes y profetas escogidos. De una estrella de la constelación de
Piscis vinieron y a uno de ellos, «el más
pequeño en el reino de los CIELOS, pero el más grande en la Tierra», se lo
llevaron en una nave espacial y fue así como Elías fue elevado en un carro de
fuego.
El dogmatismo lleva al contrasentido, al absurdo y este
con el tiempo se agota, por tanto, debemos realizar nuestras aspiraciones
gracias a la magia de ser una persona abierta. No es bueno convertirse en una
persona obcecada y dogmática que sigue la ley
del mundo porque mientras el mundo perdure, esta exhibirá su corona laureada
haciendo brotar el hilo de la confusión; sin embargo, pasado el tiempo, se
instaurará en ella el reino de los reprimidos y entonces beberá de la copa
amarga de este síndrome.
Somatizaciones físicas
y mentales:
Somatizaciones
físicas
|
• Alteración
de la córnea (H)
|
• Alteración
de la glándula pineal (1CC)
|
Somatizaciones
mentales
|
•
Inseguro
|
Acción
fisiológica floral
Estos tres remedios unidos poseen una vibración capaz de
actuar sobre la zona intelectual del ego vital, potenciando su actividad. El
ego vital actúa, mas no tiene propósitos, es decir, solamente persigue el interés
vital para la vida social, pues muy drástica es una sociedad en la cual hay
individuos que están afectados por el ego vital y otros por el ego patológico.
Si se gobierna el mundo conforme a las necesidades vitales de cada persona, no
se producirán catástrofes naturales ni guerras ni hambre. El mayor problema lo
plantean los del ego patológico porque intentan hacer acopio de todo: del
poder, del dinero, del control, etc. En este sentido, es bueno que a lo injusto
o a la injusticia se le responda con los derechos que ha de tener cada persona,
pues todo aquel que poseer un buen ego vital, este punto de vista lo entiende
sin más. Lo más terrible para la gente es la implantación de una sociedad
relativista porque en ella todas las expresiones se estereotipan, así la
benevolencia o la moralidad, noción suprema de una sociedad justa, puede
convertirse en contemplación al adornarse el escenario de una sociedad injusta
con cantos de amor a disposición de la caridad. De esta manera, las obras de
los del ego patológico se llevan a cabo y sus asuntos siguen su curso. Así que,
habrá que resignarse y admitir una corrupción social, pues el individualismo
inconsciente de unos, el desequilibrio del ego vital de otros y las religiones
contemplativas constituyen la base de este orden social que hoy conocemos. El
mundo de las mutaciones se encuentra congelado, esperemos que la acción de este
remedio floral despierte el vuelo de los gansos, pues solo entonces veremos la
llegada de la primavera.
A. M. FAJARDO
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