miércoles, 24 de julio de 2013

LA LIBERTAD DEL MUNDO

Por: EL APRENDIZ ALQUINATURISTA


Alguien me dijo una vez que no era libre porque ser vegetariano y que tratarme con medicina natural coartaba mi libertad, que no era libre del todo porque había alimentos que no podría comer y cosas que no haría por mi manera de vivir.

Ese día le contesté que era todo lo libre que quería y nada más.

Hoy, muchos años después, nos volvimos a encontrar y charlamos sobre la misma cuestión. Ahora sí tenía los argumentos y las vivencias necesarias para contestarle…

Empecé contándole cómo ser vegetariano había despertado mi mente de tal manera que era capaz de darme cuenta de cosas que antes hubiesen pasado  desapercibidas para mí.

Ser vegetariano era únicamente el principio, sólo una parte de mi manera de vivir, elegida con total libertad.

Le hablé de cómo la medicina natural “ALQUINATURA”, con todo el compendio de sus terapias y su filosofía, había sanado y seguía sanando mi cuerpo y mi mente.


Que era más libre porque mi mente era libre y estaba despierta, no prisionera en la cárcel del mundo.


Le expliqué que para mí la libertad consistía, entre otras cuestiones, en elegir lo que creía mejor después de ver todas las posibilidades, no en la elección que el mundo ya tenía preparada para mí.


Algunas de mis palabras sé que le quemaban en su conciencia, porque se daba cuenta, aunque no lo admitiese, que era yo quien estaba en lo cierto.


- Soy libre cuando teniendo en cuenta lo que considero éticamente correcto elijo entre muchas opciones, sabiendo que si me equivoco las consecuencias las pagaré yo, sin echarle las culpas a otros.
- Soy libre cuando levanto mis alas y es mi propio cuerpo el que me dice qué necesita para sanarse y cómo. 

Sin necesidad de esperar horas y horas hacinados en la sala de un hospital, esperando que un “medio dios para el mundo” me dé una pastilla que ha mandado a casi todos los que entraron antes.

- Soy libre cuando practico el deporte que necesito para potenciar mis alas, el Taekwondo, el único capaz de dar el potencial necesario a mis neuronas para poder volar libre, sin tener que encadenar a otros por mis enfermedades.
- Soy libre cuando escucho, toco, canto o bailo la música que equilibra mi cuerpo y mi mente, el Flamenco, ya que estimula mi Tao C.S. y mi Vis Medicatrix. Aunque no es la única música que escucho, puesto que cada una de ellas tiene una función:
  • La Ópera estimula mi intelecto y me hace consecuente con mis actos.
  • El Fado me alegra el alma y me hace más cariñoso, menos arisco.
  • La Música Árabe estimula mi sistema inmunológico y me da seguridad.
  • El Canto Gregoriano me da serenidad, alivia mis miedos.
  • La Copla aleja de mí la pereza.
  • La Música Mejicana estimula mis órganos de los sentidos y me vuelve más flexible, menos dominante.
  • Etc…
 -Soy tan libre que tan sólo el mismísimo diablo es capaz de encadenar mis alas.
 Y cuando el mundo me hace preguntas absurdas como por qué ese deporte, esa alimentación, esas músicas… tan sólo tengo que responderles: porque fue y es mi elección, y el que algunos no la respeten es lo que me hace a mí más libre que a ellos, porque yo sí respeto lo que otros elijan, ya que mi conciencia está muy tranquila.

Pregúntate tú por qué no me respetas y te crees libre, y ten por seguro que cada vez que me preguntes o no me respetes, obtendrás una respuesta.



EL APRENDIZ ALQUINATURISTA


No hay comentarios:

Publicar un comentario