Por: DAVID
CÁNCER
Tumor maligno en general, y especialmente el formado por las células epiteliales. Los canceres se dividen en dos grandes categorías de carcinoma y sarcoma. La característica básica de la malignidad es una anormalidad de las células, transmitidas a las células hijas, que se manifiesta por la reducción del control de crecimiento y la función celular, conduciendo a una serie de fenómenos adversos en el huésped, a través de un crecimiento masivo, invasión de tejidos vecinos y metástasis (aparición de uno o más focos morbosos secundarios a otro primitivo con o sin desaparición de este).
Esta
podría ser la definición de “cáncer” en un diccionario médico cualquiera. El
hecho es que la mayoría de las personas de la calle, al leer esta definición no
entenderán nada o casi nada de lo que dice. La realidad es que el cáncer es una
de las enfermedades más comunes y mortales del mundo, y cuando oímos hablar de
ella, todos nosotros lo relacionamos directamente con la muerte. Algo en cierta
forma lógico, ya que el cáncer mata mundialmente a más gente que el sida, la
tuberculosis y el paludismo juntos. Genera una media de 8 millones de muertes
anuales en el mundo, el cáncer es una de las principales causas de mortalidad
en nuestra sociedad, por encima de las enfermedades cardiovasculares.
No
obstante, el cáncer se presenta hoy en día como una enfermedad de uso
corriente. Es normal conocer a alguien en nuestra sociedad al cual se le ha
detectado o diagnosticado cáncer, dentro de la gran variedad de estos que se
han catalogado hoy en día.
La
ciencia, la medicina oficial por su parte, ha podido diagnosticar el origen de
esta enfermedad desde el punto de vista de la alteración (en sus muchas
variantes) que origina el tumor ó enfermedad. Mas le ha sido totalmente
imposible generar un diagnostico adecuado para su prevención, ya que no ha
podido, ni tan siquiera, generar una hipótesis sobre la génesis de esta
enfermedad, es decir, que es lo que provoca que se produzca tal alteración en
nuestro cuerpo que nos lleve al desarrollo de esta patología (fuera de la
teoría de la herencia genética y de la “suerte casual” de que nos toque a
nosotros).
Muchas
son las hipótesis desarrolladas sobre todo por “medicinas extraoficiales”,
llamémoslas “medicinas naturales” sobre el posible origen de esta enfermedad,
desde alteraciones alimentarias, a algunas más arriesgadas como karma
arrastrado de otras vidas.
Nosotros
consideramos, dentro de nuestra filosofía, que el hombre es un todo, un ser
completo, integro y compuesto por una suma de multitud de partes, que hace de
su totalidad un ser increíblemente complejo y maravilloso. Desde este punto de
vista, hemos de prestar atención al hecho de que como criatura formada y
desarrollada por multitud de partes, esta multitud de partes que alimentan al
hombre, también pueden destruirlo o enfermarlo si no se le profesa una atención
adecuada. El hombre como suma de partes, es suma de todos los aspectos de su
vida, esto es, social, nutricional, religioso, emocional, físico, psíquico, intelectual,
etc.
Hoy
en día, este hombre que somos, está continuamente bombardeado, atacado e
invadido por multitud de agresiones que se le enfrentan desde gran multitud de
ángulos. Tenemos la costumbre de creer que nos enfermamos únicamente por la
adquisición “fortuita” de algún nuevo huésped en nuestro organismo, el cual no
está en nuestra lista de invitados, y si no se comporta correctamente, no
sabemos cómo echarlo.
Nos
olvidamos a menudo, que nuestro organismo es una máquina perfecta, divina,
difícilmente imitable, que si no se ha librado en algún momento de alguna
patología, es posible, bastante probable, que sea porque no tiene las
herramientas adecuadas.
Nuestro
organismo, es un mundo, una tierra fértil, en la cual todo es posible. Si
nosotros lo mimamos, alimentamos y cuidamos con amor y de una forma adecuada,
este florecerá, y se fortalecerá de tal forma que nada ni nadie podrá llegar a
herirlo ni destruirlo.
Vivimos,
no obstante, en un mundo atestado de agresiones que constantemente nos hieren.
Los malos hábitos alimenticios, el estrés, la ansiedad, los ruidos, música
estridente, contaminación, etc, estos y muchos otros, son elementos que
provocan agresiones continuas y constantes en nuestro organismo. Estas agresiones
continuas y constantes no hacen otra cosa que generar una merma importante en
las capacidades adaptativas y de curación de nuestro organismo.
Existen
más de cien tipos diferentes de cáncer catalogados, y cada uno de ellos
presenta una serie de características y propiedades propias, aun así, todos
ellos presentan como característica común que su sistema inmunológico, primera
y más poderosa defensa del organismo, ha fracasado. El sistema inmunológico
está profundamente influenciado por la forma de vida que llevamos. Estadísticamente, está demostrado que los
enfermos de cáncer que han realizado cambios en su estilo de vida a nivel
físico, espiritual y emocional para contrarrestar lo que les ha llevado a desarrollar esta enfermedad, han notado
mejorías e incluso recuperaciones y curaciones asombrosas. El llevar a la
practica una serie de hábitos sanos y sencillos, está reconocido que actúa de forma positiva
sobre el organismo y la curación de la enfermedad. Individuos que vencieron
cáncer terminal consideran una serie de pautas esenciales para su curación:
Si no consideramos de forma seria y responsable el llevar un estilo de vida sano y coherente, las agresiones mermaran poco a poco nuestro cuerpo, mente y espíritu. Aunque nuestro organismo sea una máquina increíble, que ofrece todos sus recursos a solucionar los problemas que se le presentan (aunque no tenga las herramientas), y aquellos que no pueda solucionar los compense para que se genere el menor daño posible, la agresión continua y constante socaba la roca más dura, y al final, aparecerá la patología y la enfermedad.
Actuando de forma coherente, alimentando de forma adecuada nuestro organismo, con alimentos frescos, hacemos deporte de forma regular, evitamos el estrés, los malos hábitos (tabaco, alcohol, drogas) y nos alimentamos además de con cosas para el cuerpo, con cosas para la mente y el alma, como música, estudios, danza, poesía, pintura, etc, estamos alimentando a todo nuestro ser. Nuestro organismo se fortalecerá hasta sus límites, siendo capaz de enfrentarse a toda aquella enfermedad que se le presente por delante, pudiendo realizar una lucha adecuada y saliendo victoriosa.
Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento.
- Tratamiento. El seguir un tratamiento profesional y específico para la curación de su enfermedad.
- Actitud. El tomar una actitud fuerte de esperanza y creer en la curación.
- Ejercicio. La importancia de realizar ejercicio físico durante el tratamiento de forma regular para estimular la mejoría.
- Propósitos. Buscar una meta que le genere un estímulo positivo.
- Soporte social. Evitar las relaciones negativas y estimular los apoyos mediante grupos de ayuda.
- Dieta y nutrición. Una alimentación coherente y vegetariana estimula de forma directa y efectiva la curación.
- Pensamiento creativo. Métodos de meditación y concentración en la curación nos proyectan en esa dirección.
- Espiritualidad. La visión de la vida de una forma diferente (no necesariamente religiosa).
Si no consideramos de forma seria y responsable el llevar un estilo de vida sano y coherente, las agresiones mermaran poco a poco nuestro cuerpo, mente y espíritu. Aunque nuestro organismo sea una máquina increíble, que ofrece todos sus recursos a solucionar los problemas que se le presentan (aunque no tenga las herramientas), y aquellos que no pueda solucionar los compense para que se genere el menor daño posible, la agresión continua y constante socaba la roca más dura, y al final, aparecerá la patología y la enfermedad.
Actuando de forma coherente, alimentando de forma adecuada nuestro organismo, con alimentos frescos, hacemos deporte de forma regular, evitamos el estrés, los malos hábitos (tabaco, alcohol, drogas) y nos alimentamos además de con cosas para el cuerpo, con cosas para la mente y el alma, como música, estudios, danza, poesía, pintura, etc, estamos alimentando a todo nuestro ser. Nuestro organismo se fortalecerá hasta sus límites, siendo capaz de enfrentarse a toda aquella enfermedad que se le presente por delante, pudiendo realizar una lucha adecuada y saliendo victoriosa.
Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento.
DAVID
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