«Ven y mira.
Y miré, y
he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dado
corona, y salió venciendo para vencer».
El que lee entiende: el bello amor, el amor de los trovadores
hacia las águilas, hacia las ovejas; así os habla el mensajero.
Una rama verde os anuncia la buena
nueva, esta mañana como siempre, me he despertado antes de que cantaran los
gallos y despierto estoy ya para recibir el brillo de la estrella reluciente de
la mañana.
La abominación desoladora de la que habló el
profeta Daniel se había detenido ante nosotros revestida de unos fuertes rasgos
de demonios enfurecidos. El diablo, el príncipe de este mundo, nos conocía;
mientras muchos decían estar bendecidos por el CIELO y hacían sus vidas normales
como cualquier otro ciudadano de este mundo con sus alegrías y sus penurias.
Nosotros, envueltos en una nube, éramos abominados por Satanás; ello nos
situaba en una realidad en el devenir de la profecía. La verdad o lo real nunca
podrán estar al margen de los Evangelios, los intentos de expresar nuestros
sufrimientos se muestran limitados y solamente aluden a una experiencia vivida
que difícilmente puede ser descrita con palabras.
El tiempo del fin
«En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro».
Daniel 12: 1
Muchos
de estos «benditos por Jehová» dijeron: «mira
cómo andan estos, se han metido en prácticas del diablo y el mismo diablo se ha
vuelto contra ellos, asestándoles incluso a algunos hasta la muerte». Pero,
¡qué bendito de Dios puede decir tal infamia!; todo el mundo sabe que «lobo no come
a lobo» y como dijo el mismo Jesús: «qué príncipe divide su reino».
La
esencia de la doctrina de Dios se despliega en la realidad del testimonio de
los Evangelios y en el mundo de los que dicen representar a Dios y a Cristo,
ellos se prestan a ser investigados justo en un momento histórico donde al
hombre se le ha agotado el tiempo. El número de la bestia el 666 reluce por
doquier, este contiene la semilla de un mundo globalizado y se ha convertido en
una unidad abstracta con la muerte del germen de la diversidad y del libre
pensamiento. Para crear esta situación en el mundo, el diablo se ha inspirado
en una visión primaria que tiene lugar en las profundidades de la psique del
hombre; este puede creerse que es libre por el hecho de pensar que lo es.
Las dos fuerzas oscuras de las que se ha servido el
diablo para marcar al hombre son dos cuernos semejantes a un cordero, sin
embargo, hablan como un dragón (Apocalipsis 13:11). El primer cuerno se
extiende por el cuerpo en forma de fármaco supresor, es el gran veneno creado
por las multinacionales farmacéuticas con sus efectos apaciguadores. Los
potentes principios activos de los medicamentos actúan sobre el organismo como
una droga, más potentes incluso que las drogas psicodélicas que se toman para
entrar en un estado de trance, solamente que en el caso de los fármacos las
dosis son controladas, pero la persistencia en el uso de ellos produce los
mismos efectos a largo plazo. Todo el mundo sabe que el que toma droga está
abocado a alterar la realidad de las cosas, se convierte en un huésped del
mundo distorsionado y en un esclavo de la mentira. Nunca la conciencia y las
drogas se llevaron bien, el mundo de la drogo farmacopea puede ser llamado el
mundo del «No-ser» fraccionado entre dos polos opuestos. Por un lado, la razón
trabaja y hace multiplicar los conocimientos; no obstante, cuanto más se agudiza
la razón, más alejado queda el SENTIDO.
A mayor
represión del SENTIDO (acción que se produce por el hecho de tomar drogas y
fármacos), más nos perderemos en el automatismo del pensamiento.
Ciertamente vosotros sois el mundo y con el mundo morirá la sabiduría.
Yo no soy de este mundo.
Invoco a Dios y él me responde.
El oído del SENTIDO lo conoce.
Dios reprocha a los represores del SENTIDO.
La naturaleza es mi salvación.
Por mi boca no entrará cosa inmunda alguna.
Por Dios seré justificado.
¿Y quién contenderá conmigo?
El
segundo cuerno ayuda a que nazcan y a que maduren las iniquidades, vemos cómo
estas remontan el cauce del SENTIDO. Día a día se va desencadenando las fuerzas
furiosas de las aguas (maldad), son como un huracán que pasa por encima de un
poblado de chozas (hombres drogados). La mente más potente puede ser vencida,
la más justa y fuerte rebeldía puede ser talada, el sufrimiento puede ser
confundido con felicidad y la falsa dicha es amenazada por la desdicha. Todo
está debidamente estudiado para que necesariamente sea tal como debe ser y de
esta forma, contemplamos el juego de la vida con calma interior; esta solo es
interrumpida de forma distante por las noticias accidentadas que nos expone a
una realidad resignada. Morirse de hambre hoy es algo tan natural como dar un
paseo con el perro o comerte un chuletón saciado de sangre frente a la
maravillosa luz del vidrio que nos trae una vez y otra tan «agradable noticia».
La contemplación que hagamos en lo efímero de la verdad se pierde en la noche
de los tiempos y si analizamos el modus operandi como un espectador celoso,
llegamos a contemplar que las fuerzas ocultas que la manejan alcanzan una
armoniosa comunión con la madre de la sombra. El gran dragón escarlata, con sus
siete cabezas (el número siete representa el conocimiento) y sus diez cuernos,
(diez son los poderes fácticos que obran en la Tierra) ha sido arrojado a la
Tierra: Apocalipsis 12: 3).
Lo que antes solamente se compraba en los quioscos
como un corderito se ha colado en lo más hondo de nuestras casas y habla como
un dragón. El cuerno de los informadores ha crecido considerablemente y junto con el gran cuerno de la medicina
forman la segunda bestia apocalíptica.
El hombre es hijo de los hombres.
Cortos son sus días y llenos están de maldades.
El polvo les espera y ningún papa les dará la salvación.
Cuando este hombre perezca, yo volveré a vivir.
Vivirá también Blas Infante.
A él y a mí nos gusta el flamenco que ellos nos ocultaron.
Vivirá Fidel Castro sin imponer nada.
Vivirá Carlos Marx creyendo en el verdadero Dios.
Vendrán los primeros cristianos que repartían los bienes (Hechos 2: 44 – 45).
Vendrá Hugo Chávez y repartirá el dinero del petróleo a los pobres.
Vivirán los niños apasionados al contemplar espectáculos de artes marciales.
El vegetariano será tratado como hijo de Dios al cual se le dio los frutos de la tierra para alimentarse.
Tendrán la sabiduría del profeta Daniel que también era vegetariano.
Vivirá Hipócrates y los naturistas que hicimos el juramento hipocrático.
Vivirá el curandero que Dios le otorgó la gracia para curar.
Bebemos del agua de la fuente que Dios bendijo para sanar.
Los cimientos de la medicina china crecerán en occidente.
Habrá una señal de salud.
A Dios esperan los de las naves de Tarsis (Isaías 60: 9) para traer el oro y la plata del mundo:
El oro: la conciencia superior (Tao, Monte santo, Sión)
La plata: el médico interno (Vis Medicatrix)
Por la Tierra vuela y truena
caballo blanco que asoma
mientras dormitan el alma
sotanas negras de Roma.
EL MENSAJERO
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