TZU HANG
El médico naturista Tzu Hang a los que saben que la vida es vanidad.
Los procesos de sanación son el
resultado de una energía potencial que existe en el organismo y esta energía o
capacidad reactiva no es otra que la Physis
o la Vis Medicatrix hipocrática (zona
localizada en el Tálamo que está compuesta por grupos de neuronas que controlan
los procesos de sanación mediante circuitos).
La Vis Medicatrix no solamente
regula los procesos de sanación, sino que además pone de manifiesto las enfermedades
que coexisten en el organismo; esta actúa como un verdadero indicador de alarma
de enfermedades que se encuentran adaptadas («el médico cura, solo la naturaleza sana») o que son reprimidas por
unos elementos supresores como son: las drogas, los fármacos, la música rock,
el alcohol en exceso, las vacunas, la contaminación electromagnética, los traumas,
las tensiones emocionales, etc.
Cada
época de la historia humana ha estado marcada por ciertos tipos de enfermedades,
en la actualidad, debido a la de represión de síntomas, se ha pasado de sufrir
enfermedades agudas a padecer enfermedades crónicas (cáncer, enfermedades
cardiovasculares, enfermedades psíquicas, etc.). Se ha llegado a tal situación
que la mayoría de las disfunciones están producidas por el cáncer (cuyo número
de personas afectadas no deja de aumentar), sin que haya ningún avance
científico que pueda atajar este mal. Hay un dicho chino que dice: cuánto más se afila el cuchillo, más romo se
pone, pues con el cáncer sucede lo mismo.
El cáncer es considerado una enfermedad
genética desde el punto de vista de la ciencia y también según la Alquinatura, porque
se pueden heredar las células oncogénicas y por otro lado, a su vez, puede ser
una enfermedad adquirida, no genética, ya que tuvo que haber un primer oncogén.
Las células tumorales se caracterizan
por una proliferación celular sin control, todas ellas se derivan de una célula
infectada aberrante, que a pesar de estar rodeadas por células normales, son
hostiles en ese medio. Estas se manifiestan por una serie de cambios
fenotípicos específicos que son los siguientes:
Con
las células cancerígenas o con los oncogenes pasa igual que con la balas, únicamente
tememos la velocidad que llevan. Podemos
convivir durante cien años con unas células oncogénicas y tener un estado de
salud relativamente óptimo, solamente con algunos procesos disfuncionales
orgánicos, según a los órganos que estos afecten. En un noventa por ciento de
los casos, estas células se vuelven aberrantes, cuando nuestro médico interno (Vis Medicatrix) pierde la conexión con
nuestro sistema orgánico; de ello se deduce que la mayoría de los cánceres son
el resultado de llevar una forma de vida errónea basada fundamentalmente en la
represión de la enfermedad.
El
conocimiento del bien y del mal marca el comienzo de un camino que nos guiará
hacia la sanación. Sin embargo, cuando se aplican las terapias naturales de una
forma ordenada, aparecen signos y síntomas, pues algunos de ellos, pueden ser antiguos
o bien han sido generados por los efectos secundarios de las drogas y de los
fármacos que anteriormente han sido suministrados.
La
praxis de las terapias naturales como son la acupuntura, el naturismo, la
homeopatía, la fitoterapia, el empleo de las flores de Bach, etc., aplicadas de
forma errónea, produce unos cambios en el organismo que se muestran inocuos o inamovibles;
en cambio, si se emplean de un modo correcto, pueden obrar de dos formas
distintas:
- Pueden corregir el desequilibrio orgánico, con la consiguiente sanación.
- Pueden aparecer nuevos síntomas ocultos: «cuando se busca la salud, aparece la enfermedad» (Paracelso), esto se debe a que las enfermedades tienen connotaciones y se rigen por unas leyes de causa y efecto, es decir, una causa genera un efecto, a su vez este efecto es causa de otro efecto, y así sucesivamente. La enfermedad es como una cebolla en la cual debemos ir quitando capas (tratamientos) hasta llegar al origen de ella.
La
Alquinatura se muestra como la expresión arquetípica de los remedios naturales
en su conjunto, así pues, para poder purificar el organismo hay que satisfacer
los deseos de nuestra conciencia médica o Vis
Medicatrix y el médico alquinaturista, bien formado, te ayudará a ello. No
puede considerarse al médico alquinaturista como un «perro de paja» al que se le
puede prender fuego y pisar, ni aun cuando los procesos de curación son largos
(algunas veces hasta años). El propósito de los poderes fácticos, entre ellos
las farmacéuticas y los medios de información (fieles servidores de estas
industrias), es desacreditar a la medicina natural y a la praxis de los
naturistas, pues etiquetan a estos de charlatanes, de estafadores y otras
tantas descalificaciones que a ellos se les aplica. Estas etiquetas tienen un buen
calado en la masa social y ante cualquier problema de salud, el naturista es
tratado como cabeza de turco. Esta presión es evidente, por lo tanto, solo nos
queda resignarnos, soportar la corrupción y la maldad de la naturaleza humana, pues
sus obras se llevan a cabo y las argucias siguen su curso.
El
sentido de la aplicación moral consiste en poner el acento sobre el cultivo de
la verdad. En este inmenso desierto de verdades, en la cual la maldad se cuenta
como granos de arena, el oasis de la verdad está casi seco. A los que sufrimos
esta sequía, ya únicamente nos queda la esperanza en Dios, ante un mundo que
está a punto de engullirnos.
«Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía,hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino.
Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará».
(Daniel
7: 21-23)
MÉDICO ALQUINATURISTA
TZU HANG
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