"He
aquí que os he dado toda la planta que pueda dar semilla, que está sobre la
tierra y todo árbol en que hay fruto y que da semilla, os serán para comer".
Génesis 1: 29-30
Porque quien coma muerte, la obtendrá para sí y aquel que vaya en contra de las leyes naturales tendrá su castigo antes o después de manera equitativa a la acción cometida.
La
opción vegetariana es el régimen alimentario más natural para la especie humana,
es el que va más en consonancia con su organismo, sus aptitudes y capacidades.
Pero el hombre, en su degeneración ha
elegido alimentarse a costa de la vida de otros seres, llamados por él mismo
inferiores.
Pocas son las personas
capaces de asesinar a un animal por ella misma, descuartizarlo y comerlo, esa
responsabilidad se la dejan a otro, “La carne que les gusta es la que ya viene
en filetes y envasada” sin tener en cuenta el grito desgarrador de la barbarie
llevada a cabo en los mataderos.
En el hombre, los jugos gástricos
son aptos especialmente para transformar y digerir hidratos de carbono que
sobretodo contienen los cereales y las frutas y su tubo digestivo es mucho más
largo.
El
hombre primitivo en sus inicios, se alimentaba de frutas y raíces, únicos
alimentos que le brindaba la naturaleza y que él podía lograr sin esfuerzos,
sin armas y sin lucha. Cuando el ser humano
empezó a conocer y usar armas rudimentarias para defenderse y cazar, ya
llevaba muchos siglos de evolución alimentándose de manera vegetariana.
La
historia dice que la gran mayoría de la población del mundo desde la
antigüedad egipcia, Greco romana,
pasando por la Edad Media, el Renacimiento y los siglos más recientes, se ha
alimentado principalmente con una dieta predominantemente vegetariana.
Personajes
destacables a lo largo de toda la historia han dado su opinión sobre la forma
de alimentarse del hombre, pongamos algunos ejemplos:
- Ovidio: “EL primer milenio fue la edad de oro, en la que ni las trompetas de labios de bronce sonaban, ni espadas restañaban. La primavera era eterna y las brisas suaves acariciaban las flores con un aire claro y cálido. Los campos eran siempre fértiles… corrían chorros de néctar. La sangre no manchaba los labios de los hombres…hasta que un cerebro vano envidió la dieta de los leones y engulló un banquete de carne para llenar su insaciable barriga".
- Leonardo Da Vinci: “Vendrá un tiempo en que nuestra especie, apretada por el torno de los acontecimientos, juzgará la matanza de cualquier animal en la medida de la supresión de un hombre”.
- Gandhi: “Todo lo que vive es tu prójimo”.
- León Tolstoi: “El consumo de alimentos de origen animal es sencillamente inmoral, porque exige un acto que violenta nuestros sentimientos morales”.
- Albert Schweitzer (Filántropo): “Verdaderamente moral es sólo aquello que socorre a toda vida a la que pueda ayudar y se abstiene de perjudicar a cualquier criatura que tenga vida. La vida en sí misma es sagrada. Yo me doy cuenta de que la costumbre de comer carne no está acorde con los sentimientos más elevados".
Y
ahora, pongamos algunos ejemplos de personajes históricos que optaron por esta
forma de alimentación:
- Albert Einstein: Físico teórico alemán. Premio nobel 1921 de física.
- Isaac Newton: Físico británico, matemático, astrónomo, alquimista, inventor y filósofo natural. Padre de la física.
- Benjamín Franklin: Autor, periodista, científico, inventor y hombre de estado.
- Leonardo Da Vinci: Renacentista italiano polifacético, arquitecto, anatomista, inventor, escultor, ingeniero, geómetra, músico y pintor.
- Diógenes: Filósofo griego y cosmólogo.
- Platón: Filósofo griego.
- Pitágoras: Matemático griego.
- Sócrates: Filósofo griego.
- Ovidio: Poeta y escritor romano.
- Leo Tolstoy: Novelista ruso, pacifista y pensador moral.
- Voltaire: Escritor de la ilustración y filósofo francés.
- Confucio: Filósofo chino.
- Lao Tse: Filósofo chino.
- Zoroastro De Persia o Zaratustra: Místico primitivo, en su juventud se sentía consternado ante los sacrificios llevados a cabo por los sacerdotes y encontraba incongruente que la muerte de animales pudiera ser considerada de alguna manera un acto de culto digno de los dioses.
Numerosos escritos dan
testimonio de que el cristianismo en sus orígenes había optado por la
alimentación vegetariana, aún a costa de ser castigados por ellos.
En numerosos pasajes, la
Biblia habla sobre la responsabilidad individual de mantener el cuerpo en un
estado saludable como: “¿acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el
Espíritu de Dios está en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios
lo destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, es santo.
Corintios 3: 16-17
Esto significa que se debe
tratar el cuerpo de forma que no le causemos daño alguno e ingerir sólo aquello
que pueda mantenerlo saludable.
Eleazar,
unos de los primeros doctores, varón de avanzada edad, encontró la muerte a
causa de los latigazos propinados como castigo por respetar las leyes
establecidas por Dios y negarse a comer carne de puerco.
Macabeos 6: 18-31
Daniel,
el llamado profeta del Apocalipsis, cuando fue llevado a servir al palacio
del rey Nabucodonosor y para ser
instruido en las letras y la lengua de los caldeos, pidió al jefe de los
eunucos que no lo contaminase con la porción de la comida del rey ni con el
vino que él bebía; rogó que probaran a darle de comer legumbres y agua de beber
y que después de un tiempo comparara su rostro con la de otros mozos. Al cabo de este
tiempo, comprobó que tenía mejor aspecto que los mozos que habían estado
comiendo de los manjares del rey.
En
la Edad Media, cuando el cristianismo junto con la iglesia en general se había
convertido en una mera institución estatal, se arremetió cruelmente contra los
cristianos que habían conservado el origen vegetariano de sus creencias. El
castigo por ser vegetariano y pacifista en la época de Constantino I era morir
ahogado con la garganta llena de plomo fundido.
En
el año 561, en el primer Sínodo de Braga, Portugal, se decidió que el sacerdote
que no comiese carne, fuera inmediatamente destituido de su cargo.
El
papa Juan III pronunció el siguiente anatema contra los vegetarianos:
“Cuando alguien considera impuros los
alimentos que Dios dio al hombre para su deleite y renuncie a ellos, que sea
condenado”.
En
la actualidad, el papa Benedicto XVI, considera indicio de herejía el vegetarianismo
y la protección animal, mientras hace la vista gorda a actos cometidos por sus
siervos y que atentan contra la dignidad humana.
A
veces, los seres humanos consiguen con ciertos argumentos engañarse a sí mismos
contra la evidencia y la propia lógica. Esto es la demostración de cómo al
hombre le falta la objetividad cuando le resulta cómodo aceptar tesis que
halagan su vanidad o tranquilizan sus
temores.
Evidencias
como que los Hunzas, una tribu del norte de la India y Pakistán y la tribu
Otomi, que son nativos de México y cuyas dietas están basadas en granos enteros
y vegetales, tienen un promedio de vida de 110 años o más. En palabras
textuales de un doctor que trabajó con dichas tribus leemos: “Nunca vi un caso
de apendicitis, colitis o cáncer”.
Otros pobladores de las montañas de Ecuador, vegetarianos puros, alcanzan en su mayoría la edad de 100 años.
Los
costes que para la salud pública conlleva la alimentación carnívora son
enormes. Las llamadas “enfermedades de la civilización” (obesidad,
estreñimiento, diabetes, cáncer de colón…) se sitúan en la cresta de la ola.
Los médicos recomiendan medicinas antes que cambiar de hábitos alimenticios. La
medicina trata los síntomas de las enfermedades pero no sus causas ni las
previene, sin contar con que dichos síntomas son tratados de manera agresiva
para el organismo.
El
mundo está siendo espectador en este siglo de una gran crisis a todos los
niveles incluido el medioambiental. Espectador porque aún viendo como la tierra
está muriendo poco a poco la mayoría de la gente es incapaz de hacer nada, “el
que venga atrás que arree”, “¿qué puedo hacer yo?", "eso lo tendrán que arreglar
los que mandan…”.
Mientras
pensamos esto, el estiércol derivado de la ganadería acaba en ríos y mares, así
como los pesticidas y fertilizantes que se utilizan para el cultivo del pienso
para los animales. La inmensa mayoría de los bosques están siendo o han sido destruidos
con el fin de usar el terreno para el
ganado. Miles de toneladas de cereales son utilizados para alimento de los
animales que unos pocos comerán mientras cientos de personas mueren de hambre
diariamente.
Un
hombre íntegro debe ser consciente de que para nutrirse no es preciso
sacrificar a otros seres vivos ni someter a sus iguales a pasar hambre y menos
cuando la naturaleza le brinda los alimentos necesarios sin necesidad de asesinatos ni violencias innecesarias.
“Verdaderamente
el hombre es el rey de las bestias, pues su brutalidad sobrepasa a la de
aquellas. Vivimos por la muerte de otros ¡Todos somos cementerios!”
(Leonardo Da
Vinci)
La Fuente del Yinn
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