Por: RAFI
Llevaba ya tiempo pensando en escribir sobre la
educación en general y en nuestro país en particular, y me animó mucho el
abucheo de los estudiantes universitarios al ministro Wert en Sevilla hace
varias semanas, pero he aquí que HAMUTAL
publica en nuestra web su escrito sobre el sistema educativo y me deja sin
argumentos…. ¡qué bien escribes, que bien lo explicas y cuan de acuerdo estoy
contigo!.
Poco me queda a mi que añadir sobre el sistema
educativo, que no hayas dicho tu ya, así que tal vez mi única opción sea
reflexionar un poco y escribir aquello que se me vaya ocurriendo de mi
experiencia personal en el campo de la educación.
Me he acordado del ministro Wert, porque cada vez
estoy más convencida de que este ministro nos quiere llevar a una situación
parecida a la que yo viví cuando era niña.
La beca obligaba a toda la familia a desprenderse
de cantidades de dinero que para ellos eran vitales y al estudiante a comenzar
un “camino sin retorno” al conocimiento, que, por una parte, le abría la mente
a muchas cosas nuevas y por otra, le alejaba cada vez más de su familia, los
sufridores que se estaban privando de
muchas cosas imprescindibles para que el agraciado con la beca pudiera formarse,
pero con los que cada vez resultaba más difícil mantener una charla de tipo
académico.
La pregunta siempre era la misma ¿Debo dejar de
formarme yo para poder seguir estando al nivel que tiene el resto de mi familia o debo seguir en este camino iniciado para, desde él, poder ayudarles a ellos?.
En mi caso la decisión fue seguir… Y cuanto me
alegro de haberlo hecho, porque HAMUTAL dices muy bien cuando hablas de la UNIVERSIDAD DE LA
VIDA, que se hace camino al andar.
Y como una cosa lleva a la otra, he recordado
aquel dicho que decía que “los niños no aprenden, los niños copian” y ese
trabajo de dejarse copiar deben hacerlo los familiares, sobre todo los padres.
Inculcar a sus hijos los valores y la ética que a
ellos les asiste en su vida es el trabajo más importante que tienen los
padres: Con ética y con conciencia, todo
el conocimiento que venga, bienvenido sea, ya se trate de matemáticas,
biología, lengua, historia, literatura, música, deporte, Etc. Etc.
En la parte escolar y académica no debería haber
más límite que el que ponga el cerebro del estudiante y sus ganas de aprender,
que no todo el mundo tiene las mismas.
Recuerdo que de adolescente, me preguntaba muchas
veces mi hermana que por qué leía y estudiaba tanto y siempre contestaba:
“Tengo la sensación de que si muero joven no
me dará tiempo de aprender todo lo que me queda por saber”.
Ella no lo entendía muy bien, por eso cada estudiante debe llevar su propio
ritmo, si bien intentando potenciar no solo los conocimientos de la profesión
sino también los de la genialidad y el esoterismo.
Mas, como
la historia se repite, sobre todo cuando no se ha sabido gestionar bien, cuando
yo terminé mis estudios universitarios, de la misma forma que está ocurriendo
ahora, le era más fácil encontrar trabajo a aquellos de mis compañeros de
facultad que eran hijos de padres universitarios (ahora a los vinculados a
algún partido político) que a los que,
como yo, éramos hijos de campesinos y el resultado de aquel PLAN DE IGUALDAD DE
OPORTUNIDADES que puso un día en marcha Franco….. De esta forma me convertí en
LICENCIADA EN CIENCIAS QUÍMICAS, pero de profesión limpiadora en un hotel de la
Costa Blanca (Benidorm)… y algo así es lo mismo que está ocurriendo ahora con tantos jóvenes
licenciados.
Pero es en mi situación laboral donde vuelve a
hacer acto de presencia lo aprendido sobre valores y ética:
Yo había aprendido que mis padres no eran MENOS
por no saber leer, que mis padres tenían todo el valor moral y personal que
ellos habían sido capaces de ganarse con sus actos a lo largo de toda su vida y
eso me llevó al convencimiento de que yo era una persona muy afortunada por
haber podido copiarles en sus valores y al mismo tiempo haber podido aprender tanto
sobre tantas materias académicas (literarias, científicas, humanidades,
artísticas, etc. Etc.) y por haber dejado entrar en mi ese gusanillo, que ya siempre me ha acompañado, y que me lleva a querer saber cada vez más …… de todo.
Fue mi deseo de aprender el que me permitió
crecer profesionalmente en el sector de las hostelería y descubrir una
profesión que yo no suponía que pudiese desempeñar: las ventas… y me lo he
pasado genial comercializando hoteles, captando clientes por media Europa.
Y así, poco a poco ya he ido recordando
situaciones de los tres pilares de la
educación de los que hablas HAMUTAL:
- Educación escolar y académica.
- Educación profesional.
- Educación en valores, ética, en universidad de la vida.
Para mi el más importante de todos es el tercero,
el que tiene como maestros a tus padres. Ellos me enseñaron que se pueden y se
deben delegar en otros los dos primeros
pilares de la educación, pero el de los valores es su responsabilidad y LOS PADRES NO DEBEN ABDICAR DE ESTA RESPONSABILIDAD, EN
NINGÚN CASO.
Los padres nunca deben dejar que otros les
eduquen a sus hijos en universidad de la vida si no quieren que después sus
hijos sean unos desconocidos para ellos y viceversa.
Es nuestro deber extraer lo mejor de cada situación y desechar lo malo, después de
aprendida la lección, porque cada lección aprendida se graba directamente en
nuestro archivo de LA VIDA.
En mi caso, ese querer saber cada vez más me volvió tan
preguntona con la ALQUINATURA hace ya casi 23 años, que aquí me
encuentro intentando difundir lo que implica esta forma de vida, intentando
poner en práctica con mis hijos lo que esta forma de educar implica y esperando
que Dios me
ayude, me siga ayudando en todo lo que me
quede por emprender.
RAFI
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